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Articulo de Opinion

Sexo en los Adolescentes Venezolanos la mayor tasa de Embarazo Precoz en Sudamerica
(Caracas, 04 de febrero. Noticias24) – Cada tres minutos en promedio, una adolescente se embaraza en Venezuela: el descuido, la ignorancia, el deseo de ser madre, o garantizarse recursos de un hombre o para recibir la protección de un criminal, pueden ser factores determinantes.
Esta la opinión Gabriela Rodríguez, representante a la organización Construyendo Futuros, un tema sin duda que ha de ser desarrollado en un primer aporte, analizando aspectos de interés: causas, investigaciones recientes y propuestas.
Antecedentes Mundiales
Los adolescentes de 10 a 14 años de edad conforman el 9 por ciento de la población mundial y hasta el 15 por ciento en algunos países de ingresos bajos y medios. Primeros conceptos, nos proponen reconocer las realidades de las vidas de los adolescentes jóvenes, y en particular su necesidad de conocer sus cuerpos., al igual que sus derechos y responsabilidades sexuales.
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Al profundizar en lo referente a la salud y las conductas sexuales reproductivas de los adolescentes o personas adultas jóvenes, es decir nos referimos entre los 15 a 19 ó 15 a 24 años, hemos de comprender que la adolescencia temprana es una etapa que se inicia con la pubertad, la cual trae consigo todos los cambios fisiológicos y emocionales que este periodo comprende: el rápido crecimiento físico, el surgimiento de excitación e intereses sexuales, además de la maduración del cuerpo sexual.
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Para 2012 a escala mundial, el 22,3% de los nacimientos fueron de menores de 19 años, según el Instituto de Estadística, mientras un reciente estudio del Fondo de Población de la ONU reveló que Venezuela, con 101 nacimientos por 1.000 mujeres de 15 a 19 años, tiene la mayor tasa de embarazo precoz en Sudamérica y la tercera de Latinoamérica.
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Las razones para que estas cifras nos alarmen, reposan en gran parte en un sistema educativo deficiente en materia sexual, el descuido de las jóvenes y el desconocimiento de métodos anticonceptivos, como la falta de un proyecto de vida ante la pobreza y necesidades en las que viven.
“En los barrios las muchachas están casi programadas: lo que tienen que hacer en sus vidas es ser madres, esperar más allá de 18 años no lo computan (consideran) y 70% de las que son madres no estudiaron y no trabajan”, comentó Rodríguez.
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Por otro lado en Venezuela, la seguridad social es un factor de gran incidencia, solo basta observar un caso reciente, el cual lastimosamente en nuestra sociedad, no es el único: en un barrio del suroeste de Caracas, un albergue religioso asiste a mujeres embarazadas de escasos recursos desde 1950. En sus instalaciones ha llegado a asistir a 120 embarazadas a la vez, la mitad de ellas adolescentes o de 10 años incluso.
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“Cuando iniciamos, eran madres solteras, pero adultas. En los 1970 fue cuando empezamos a ver el fenómeno de las madres adolescentes y se ha agudizado a partir de los 1980 y 1990″, comenta la religiosa Yolanda Zambrano, quien dirige el albergue de la orden Hijas de la Caridad de San Vicente de Padúa.”En la zona rural es normal que de 14 ó 15 años se casen, tengan hijos, pero el ambiente no es hostil. En las ciudades es donde el embarazo adolescente representa un problema, sobre todo en los barrios con esta descomposición social y la violencia”, reflexiona la religiosa.
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Venezuela, según la ONU, es el segundo país más violento del mundo y la hostilidad se recrudece en los empobrecidos barrios capitalinos, donde la maternidad puede ser sinónimo de seguridad económica o personal ante la criminalidad.
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“Hay chicas que reconocen que su sueño es tener un hijo con el malandro (criminal) más malandro del barrio para que las proteja”. “Hemos escuchado a chicas decir que para salir adelante quieren tener un hijo con el mototaxista o con el ‘pran’ porque el primero tiene dinero y el segundo te da seguridad. Poco importa que (estos hombres) tengan otras mujeres o hijos en el barrio”.
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¿Es sólo esta una alarmante situación en Venezuela, que ocurre con la planificación familiar?
Según la definición de la Organización Mundial de la Salud, la planificación familiar permite a las personas tener el número de hijos que desean y determinar el intervalo entre embarazos, mediante la aplicación de métodos anticonceptivos o el tratamiento para la infertilidad.
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A través de este sistema, se obtiene la decisión libre, responsable, voluntaria e informada de los hombres y las mujeres para que ejerzan su derecho a elegir los anticonceptivos que consideren pertinentes para planificar su familia.
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En opinión de especialistas venezolanos consultados, como la Dra. Eglé Dávila, Médico Familiar y Asesora de Laboratorios Nolver, considera: “para lograr una planificación familiar exitosa, es necesario tener acceso a la educación sexual e implementarse desde la niñez y adolescencia, con el fin de que puedan, desde temprana edad, conocer los riesgos de las enfermedades de transmisión sexual, los métodos anticonceptivos y la importancia de la sexualidad responsable, lo que es fundamental para disminuir el embarazo en adolescentes”.
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“Las adolescentes que se embarazan tienen más probabilidades de dar a luz un niño de pre término o con peso bajo al nacer. Los hijos de las adolescentes presentan tasas más elevadas de mortalidad neonatal.
Sin mencionar, que muchas de ellas tienen que dejar la escuela, lo cual acarrea una serie de consecuencias a largo plazo, tanto para ellas como para sus familias y la comunidad”, enfatizó la especialista.
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“Es importante utilizar un método anticonceptivo regular, pero si ha tenido sexo no protegido o ha fallado su método habitual, se puede utilizar la píldora de emergencia. Una opción confiable es la que contiene 1,5mg de levonorgestrel. La recomendación es tomarla lo más pronto posible, luego de la relación sexual y antes de cumplir 72 horas. Entre las ventajas que tiene es que no es una píldora abortiva y su eficacia no se ve afectada por el consumo de alcohol”, concluyó la doctora.
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Adolescentes jóvenes de ambos sexos en prácticamente todos los países y grupos sociales desean aprender acerca de los cambios que sus cuerpos están experimentando, sus capacidades sexuales y reproductivas, como también del amor y las relaciones románticas.
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Por ejemplo, un programa de Educación en Salud Reproductiva para adolescentes de 12 años y mayores en Bangladés reveló que tanto los varones como las chicas querían saber sobre la menstruación, el embarazo, las ITS y el VIH, la planificación familiar, el deseo sexual masculino y femenino, el amor romántico y la elección de pareja, aun cuando a muchas personas jóvenes se les escogerá una pareja.16
¿Sexo en los adolescentes?
Pudiésemos coincidir en investigaciones y evidencias acerca de lo que las y los adolescentes saben, sienten, creen y hacen (o de lo que se les hace), en sus cuerpos y los intereses sexuales emergentes que les motivan. En las sociedades latinoamericanas, sobretodo, la falta de educación sexual e incluso tabú en algunos países, y con frecuencia madres y padres, docentes, formuladores de políticas, proveedores de cuidados de salud y otros guardianes de la sociedad, se oponen a densas indagaciones, en lo referente al derecho sexual de los adolescentes.
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Estudios cualitativos realizados en diversos lugares han revelado que los varones adolescentes, y a veces las niñas, consideran las actividades sexuales participativas que incluyen sexo oral o anal como “juego”, “diversión” o “nada especial. Entendiendo las niñas y algunos niños son especialmente vulnerables a la coerción sexual durante la adolescencia.
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Profundizando en la conducta sexual masculina, los varones suelen ser víctimas de la coerción y violencia sexual, asociada a tensiones y privaciones sociales, económicas y personales en la familia y la comunidad. Propiciando episodios de relaciones sexuales no consensuadas y desprotegidas y las múltiples patologías de ITS/VIH, embarazo no deseado, además de una autoestima dañada y otras consecuencias físicas, sociales y emocionales negativas.
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Encuestas Demográficas y de Salud (DHS) llevadas a cabo en unos 60 países en desarrollo muestran que el 25 por ciento o más de las jóvenes entre 15 y 19 años iniciaron el coito vaginal heterosexual antes de los 15 años (casi todas ellas dentro del matrimonio).
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La mayoría de investigaciones que indagan acerca de los conocimientos, actitudes y prácticas de adolescentes jóvenes (usualmente entre los 12 y 14 años) en materia de sexualidad y reproducción revela una generalizada falta de información, habilidades y preparación cognitiva para las relaciones sexuales entre los grupos más jóvenes.
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Por ello se impone programas elevados de educación sexual, para el núcleo familiar en pleno.
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Escrito por: Julio C. Alcubilla B./Noticias24